¿Pueden las latas de atún inspirar innovación en la atención médica? Reflexiones desde los CAPS en Argentina

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By Francesca Monteiro

 

Combinar latas de atún viejas con alambre de dispositivos intrauterinos desechados no es algo que hubiera imaginado antes. Sin embargo, en el barrio de José León Suárez, las promotoras de salud recuperan estos materiales, ayudando a las vecinas y vecinos a transformarlos en latas ornamentales para almacenamiento durante los talleres de manualidades semanales del centro de salud.

Este pequeño acto refleja la creatividad y resiliencia que impulsan las iniciativas en estos centros, donde los recursos limitados se convierten en herramientas para conectar con la comunidad.

Como voluntaria en salud pública con Voluntario Global, he tenido la oportunidad de trabajar en Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en la provincia de Buenos Aires. A través de mi participación en actividades centradas en la comunidad, he profundizado mi comprensión del sistema de salud argentino y de cómo los CAPS ofrecen mucho más que atención médica.

En esta publicación, exploraré el papel fundamental que los CAPS desempeñan en el sistema de salud, los obstáculos que enfrentan y las lecciones que ofrecen para fomentar comunidades más saludables y empoderadas.

¿Cuáles son los tres pilares del sistema de salud de Argentina?1

El sistema de salud en la provincia de Buenos Aires refleja la estructura general del modelo de salud argentino, que está dividido en tres sectores: público, de seguridad social (conocido como Obras Sociales) y privado.

El sector público ofrece atención gratuita, siendo un salvavidas para quienes no cuentan con la seguridad social vinculada al empleo formal ni con los medios para pagar servicios de salud privados. Los CAPS son una parte clave de este sistema.

El sector de seguridad social se organiza en torno a las Obras Sociales, planes de seguro de salud gestionados por sindicatos y financiados mediante aportes de empleadores y empleados. Este sector atiende principalmente a trabajadores formales y sus familias, brindándoles acceso tanto a servicios de salud públicos como privados.

Por otro lado, el sector privado incluye agencias de seguros privados (Empresas de Medicina Prepaga) y proveedores privados independientes, que atienden a quienes pueden costear gastos directos o planes de seguro premium.

¿Cómo están los CAPS moldeando comunidades más saludables?

CAPS son un pilar fundamental del sistema de salud pública en Argentina, especialmente para las poblaciones vulnerables y desatendidas. Funcionan como el primer punto de contacto para los pacientes, abarcando especialidades como medicina general, trabajo social, psicología, odontología, ginecología y nutrición, con un enfoque en la atención primaria en lugar de los tratamientos de emergencia y complejos que se manejan en los hospitales.

En los centros donde he trabajado, la prevención y la promoción de la salud son verdaderamente el núcleo de su misión. Lo que los distingue es su compromiso de garantizar que los pacientes vean a los centros no solo como un lugar de tratamiento, sino como recursos que les permiten tomar control de su salud y adoptar medidas preventivas en su vida diaria. Las promotoras de salud lideran talleres y campañas, brindando educación accesible y adaptada a la comunidad. También abordan los determinantes socioeconómicos de la salud, reconociendo su estrecha relación con factores como la pobreza y la educación. Al involucrar activamente a los vecinos en las iniciativas, buscan construir confianza y fomentar la participación, una conexión claramente reflejada en la valoración que los locales tienen hacia su equipo de salud.

En el día a día, esto se traduce en clases semanales de ejercicio, donde se anima a los adultos mayores a mantenerse activos e independientes. Las sesiones de nutrición ofrecen consejos prácticos sobre higiene alimentaria mientras abordan conceptos erróneos locales, como la siempre importante pregunta de cuándo es seguro que los niños comiencen a tomar mate. Las campañas de concientización sobre enfermedades van más allá de los carteles tradicionales o publicaciones en redes sociales accesibles solo para los más familiarizados con la tecnología, llegando directamente a la comunidad. Durante una iniciativa de prevención del dengue, motivada por el brote del año pasado con 583,000 casos,2 me uní a un equipo que recorrió el barrio puerta a puerta. Compartimos consejos prácticos, como cómo reducir la proliferación de mosquitos, respondimos preguntas de los residentes y terminamos el día con muy apreciadas tortas fritas para mantener los ánimos altos.

Los esfuerzos también llegan a las escuelas, donde los médicos y docentes se unen para abordar desafíos urgentes. Por ejemplo, apoyé a un equipo durante una sesión escolar sobre el manejo de emociones, destinada a abordar la creciente ansiedad en los niños. Para apoyar aún más a las familias, las campañas de vacunación en los horarios de salida escolar ayudan a los padres ocupados a mantener al día las inmunizaciones de sus hijos. Y cuando las escuelas no son lugares adecuados, clínicas móviles de salud ofrecen servicios que van desde vacunaciones hasta exámenes de detección de cáncer en la plaza del pueblo, llevando la atención médica al corazón de la comunidad.

Sin embargo, aunque los CAPS desempeñan un papel vital en fomentar la salud comunitaria, operan dentro de un sistema que enfrenta desafíos significativos.

 Las duras realidades que enfrentan los centros de salud en Argentina

El sistema de salud argentino está fragmentado, con una coordinación limitada entre los sectores público, de seguridad social y privado. Las recientes medidas de austeridad bajo el presidente Milei, cuyas propuestas de reformas sanitarias han generado una gran controversia, han puesto aún más presión sobre el sector público, exacerbando la escasez de recursos y desigualdades de larga data.

Los recortes severos en el financiamiento, junto con una inflación desbordante del 193% interanual en octubre de 2024,3 han dejado a muchos centros luchando por proveer incluso los insumos más básicos, con medicamentos esenciales y equipos frecuentemente en falta. Los esfuerzos por colaborar con organizaciones externas, como escuelas, también se ven obstaculizados por presupuestos limitados y la escasez de personal.

Para el personal, las presiones son inmensas. Muchos profesionales de la salud con los que he hablado están equilibrando dos o incluso tres trabajos para hacer frente a salarios estancados y al aumento del costo de vida, lo que conduce al agotamiento causado por la incertidumbre financiera, las cargas de trabajo incesantes y el impacto emocional de trabajar en entornos de alto estrés. Un trabajador de la salud comentó con ironía que su dieta típica incluye asado—"o al menos, la incluía"—un reflejo de cómo la inflación ha vuelto inasequibles incluso los alimentos básicos. De hecho, los argentinos están consumiendo menos carne de res per cápita que nunca antes en la historia registrada.4 La reducción del poder adquisitivo también significa que para algunos, la idea de unas vacaciones fuera de la provincia se siente cada vez más inalcanzable.

Las condiciones de los barrios añaden mayor complejidad, con la tasa de pobreza en Argentina aumentando del 42% a finales de 2023 al 53% a mediados de 2024.5 Ahora más que nunca, los pacientes se concentran en sobrevivir semana a semana, priorizando necesidades inmediatas como alimentos, vivienda y trabajo. En estas circunstancias, la prevención se convierte en una batalla cuesta arriba, ya que queda poco tiempo o energía para comprometerse con los consejos de salud. Además, incluso los mejores esfuerzos educativos se ven limitados cuando los recursos son escasos. Por ejemplo, aunque las recomendaciones sobre sexo seguro son esenciales para reducir embarazos no deseados y en adolescentes, el acceso limitado a anticonceptivos impide que las personas apliquen lo aprendido, generando una desconexión entre el conocimiento y la práctica.

Estos desafíos se ven agravados por barreras de accesibilidad. En algunas áreas, buscar atención médica requiere viajes largos y costosos en transporte público debido a la falta de especialistas cercanos. Algunos pacientes incluso han expresado temor por asistir a sus citas, citando el riesgo de robos violentos en determinados horarios. Además, muchos enfrentan largas esperas para obtener turnos y una atención inconsistente, ya que los recursos están continuamente estirados al máximo.

Aunque estos desafíos destacan la resiliencia de los CAPS, también subrayan la urgente necesidad de una reforma sistémica para sostener sus esfuerzos.

¿Qué lecciones podemos aprender de los CAPS?

Una de las lecciones más impactantes que he aprendido al trabajar con los CAPS es que la educación en salud, aunque vital, debe estar basada en las realidades de los pacientes a los que sirve. Esto se hizo evidente cuando los consejos sobre consumir alimentos frescos a veces tenían que ajustarse para quienes no tienen acceso a una heladera funcional o un ingreso estable. La promoción de la salud efectiva no se trata solo de transmitir información, sino de hacerla alcanzable dentro del contexto de la vida de las personas. Igualmente inspiradora es la camaradería entre los trabajadores de la salud: a pesar de los desafíos diarios, su dedicación y espíritu de equipo son evidentes. Ya sea compartiendo ideas para la próxima campaña o riendo juntos sobre el caos de la mañana, queda claro que encuentran alegría en su trabajo y en el impacto que generan.

Los CAPS demuestran el potencial de un modelo de atención médica basado en la colaboración entre los equipos médicos y los pacientes, donde la prevención de la salud se prioriza incluso en medio de limitaciones de recursos. Resaltan que, aunque los recursos son esenciales, una atención médica verdaderamente impactante también depende de la conexión, la creatividad y una comprensión profunda de las realidades de los pacientes. Sin embargo, la resiliencia, la creatividad y las latas de atún reutilizadas tienen un límite. Una reforma sistémica, impulsada por un sólido apoyo gubernamental, es crucial para garantizar que esfuerzos como los de los CAPS se mantengan y alcancen su máximo potencial. Estas lecciones no solo son esenciales para Argentina, sino que ofrecen valiosas ideas para construir sistemas de salud más justos y sostenibles en todo el mundo.

Referencias

  1. Belló M, Becerril-Montekio VM. Sistema de salud de Argentina. Salud Pública de México. [en línea]. 2011;53(Suppl 2):S96–S109. [Consultado el 6 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://www.scielosp.org/pdf/spm/2011.v53suppl2/s96-s109
  2. Ministerio de Salud de la República Argentina. Salud actualiza la situación epidemiológica de dengue y presenta los datos de cierre de la temporada 2023-2024. [en línea]. MSAL: Argentina; 2024 August. [Consultado el 6 de noviembre de 2024]. Av Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/noticias/salud-actualiza-la-situacion-epidemiologica-de-dengue-y-presenta-los-datos-de-cierre-de-la
  3. Ministerio de Economía de la República de Argentina. Índice de precios al consumidor (IPC). Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). [en línea]. 2024;8(35):3. [Consultado el 6 de noviembre de 2024]. Available from: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_11_246E0BFFA2AC.pdf
  4. Grimberg C. Inflation, recession force Argentines to eat less beef. [en línea]. Reuters: 2024 June. [Consultado el 6 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://www.reuters.com/markets/commodities/meat-loving-argentines-eat-less-beef-inflation-bites-2024-06-22/
  5. Soria H, Corbalán J, Sigal L. Argentina poverty rate soars over 50% as Milei austerity bites. [en línea]. Reuters: 2024 September. [Consultado el 6 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://www.reuters.com/world/americas/mileis-austerity-seen-pushing-half-argentina-into-poverty-2024-09-26/

 

 

 

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