Hace unas semanas nos encontramos con un voluntario, N, para hablar sobre algunas tensiones que estaba sintiendo en el proyecto donde esta trabajando. El shock cultural, la barrera del lenguaje, la incomodidad de no saber a veces como relacionarnos con el grupo de trabajo, la confusion que nos puede generar la pregunta del lugar que ocupamos como voluntarios, la ansiedad de no estar seguros de que es lo tenemos que hacer o el impacto de nuestra presencia, y la preocupacion de estar reproduciendo relaciones de poder desde nuestra practica pueden ser sentimientos agobiantes y hacer de la experiencia del voluntariado algo muy dificil y, en ciertos casos, hostil.
N estaba navegando todas estas emociones por su cuenta, en una maraña de pensamientos difícil de desenredar en soledad, y le tomó algunas semanas finalmente hablarme y contarme lo que le estaba pasando. Nuestra comunicación como voluntario y coordinadora al principio había sido difícil, por lo cual fue una enorme alegría para mí que me contara lo que estaba pasando y que aceptara mi propuesta de encontrarnos para charlar en persona.
Lejos de ser solamente un espacio de escucha y contención, nuestra conversación nos permitió reflexionar juntos sobre diversas temáticas que estaban afectando su experiencia como voluntario: la interculturalidad, el lenguaje (y sus diferentes formas de manifestación), el colonialismo aún vigente en nuestras sociedades y las relaciones de poder que reproduce, salud mental, heternorma y patriarcado, los procesos de aprendizaje… y cómo el voluntariado como proceso educativo se ve atravesado por todas estas temáticas que también afectan nuestras vidas cotidianas.
Fue un encuentro emocionante en el que no sólo pudimos deconstruir la incomodidad que N estaba sintiendo, sino que pudimos transformarla en impulso y potencia creativa, en un espacio de intimidad y sanación construido por la voluntad de ambos de re-conocernos en el diálogo, la escucha, la comprensión y la acción.
Muchas preguntas quedan aún flotando en el aire gracias a ese encuentro. Preguntas emocionantes y desafiantes que la misma práctica y los encuentros como el que tuvimos con N nos permiten seguir respondiendo y profundizando. Hoy, en Voluntario Global, entre muchas otras transformaciones que estamos atravesando, nos preguntamos cuál es el rol de la coordinación y qué impacto tiene no sólo en la experiencia de los voluntarios, sino en nuestra experiencia como organización.
Como coordinadora agradezco la apertura de N y reafirmo, una vez más, que la comunicación y el encuentro cara a cara son definitivamente la clave.